DESVELANOS, SEÑOR

 

Desvela, Señor, nuestros corazones, que se han dormido en las cosas y ya no tienen fuerza para estimar.

Cristo, suscita y alimenta en nosotros la esperanza: "Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo" (Mt 28,20).

Eres el acompañante invisible que camina con nosotros como con los discípulos de Emaús.

Abre nuestro corazón en tu Palabra. Amén.