LA VIRGEN DE SAIDNAYA

 

Es bonita la leyenda devota que da nombre al santuario de la Virgen de Saidnaya en Siria.

Explica que el emperador Justiniano fue un día a cacería cerca de Damasco y se perdió. A punto de morir de sed, una gacela le acompañó hasta una fuente y luego desapareció. Agradecido, el emperador hizo levantar un santuario con el nombre de Nuestra Señora de la Caza. Las monjas que se hicieron cargo del lugar hicieron traer de Jerusalén un icono de la virgen atribuida al Evangelista Lucas (que además de ser, como sabemos, un gran escritor, tenía fama de artista).

Leyenda aparte, este santuario fue uno de los principales lugares de culto de los cristianos de Siria. El icono era una representación de la Virgen lactante, y por ello madres musulmanas y cristianas iban a orar por sus hijitos.

En 2014, los yihadistas destruyeron gran parte del santuario. El fanatismo, que ha destrozado templos y archivos de un cristianismo antiguo, no sólo ha perseguido a los cristianos de aquellas tierras. También ha destruido testigos de la histórica convivencia pacífica entre musulmanes y cristianos.

En época helenística, el territorio donde se alzaba el santuario de Saidnaya llamaba Abilene, topónimo que podría hacer referencia a Abel, asesinado por su hermano Caín.

Qué fácil continuar el ejemplo de Caín! Y que difícil es proteger la vida! Hay momentos en que la desolación de la cruz es tan intensa que hace perder de vista la esperanza de la resurrección.

 

Antoni Puigverd, escritor, en "Hoja Parroquial Dominical", de Girona, 08/05/2018