<< No estás lejos del Reino de Dios >>, dice Jesús al maestro de la Ley que lo reconoce como buen maestro después de escuchar la respuesta a la pregunta que le había hecho. Jesús introduce, al final de este diálogo, el concepto << Reino de Dios >>. Un reino que no vendrá por la fuerza de las armas, con violencia, destrucción e imposiciones.

Para estar cerca del Reino falta, en primer ligar, escuchar la voz de Dios y hacer caso. Y en segundo lugar -y en un mismo movimiento- amar a Dios y a los demás.

Como dice el Concilio Vaticano II: << Todo el que, obedeciendo Cristo, busca primero el Reino de Dios, obtiene por ello un amor más fuerte y más puro para ayudar a todos sus hermanos y para llevar a cabo la obra de la justicia bajo el impulso de la caridad >> (GS, 72).

Escuchar y obedecer lleva a amar y a ayudar.

 
Josep Casellas, en "La Hoja Parroquial", Diócesis de Girona, 04/11/18.