RESPETAR Y NO JUZGAR

 

Contemplando la parábola, deberíamos pensar en cuál de los tres personajes nos vemos reflejados.

El padre accedió a la petición del hijo: respeta su libertad y deja que se vaya. Perú, quizá porque lo conoce bien, espera que vuelva. Y cuando vuelve sale a encontrarlo y lo abraza. Es un buen retrato de Dios, del Padre que perdona. Nosotros sabemos respetar a los demás y perdonarlos?

El hijo pequeño lo desperdicia todo, se queda en la miseria y pierde toda su dignidad. Pero reflexiona y decide volver a casa, donde encuentra un padre bueno que lo perdona. En la Pascua, el Padre también nos espera a nosotros, sobre todo en el sacramento de la reconciliación, para perdonarnos e invitarnos a su fiesta.

El hermano mayor no se ha ido de casa, pero su corazón está muy lejos. Es mezquino y egoísta, y se siente bueno y mejor que su hermano.

Y nosotros, nos sentimos jueces de los demás?


Jesús M. Vergara, de "La Hoja Parroquial", de la Diócesis de Girona, 31/03/2019