JESÚS, ACUÉRDATE DE MI...

 

El buen ladrón representa todos los cristianos. No se puede creer de verdad en Jesucristo hasta que no se comparte de alguna manera su cruz, hasta que no asume cada uno la propia cruz.

La muerte, la cruz de Jesús, es absurda si la contemplamos como simples espectadores. Sólo cuando nos ponemos a seguir su camino comienza a tomar sentido este gran misterio de un Rey que muere vergonzosamente en una cruz como acto supremo de fidelidad a Dios y a los hombres.

Nuestro Rey reina desde la cruz. Por eso, nosotros, como el buen ladrón, en cierto modo nos hemos dejado clavar cerca de su cruz y, como él, somos capaces de decirle: "Jesús, acuérdate de mi cuando estés en tu Reino”.

 

Enric Roura, en "La Hoja Parroquial" de la Diócesis de Girona, 24/11/2019