LIBRE DE ALIANZAS, ES MEJOR

 

Entrevista a Antonio Puigvert, escritor


Que mensaje quiso transmitir a los sacerdotes de la diócesis con su intervención en la Jornada Diocesana de Presbíteros que se celebró en Girona el pasado 8 de mayo?

La idea principal es que la dificultad hay que convertirla en virtud. Primero hay que asumir la realidad tal como es: la práctica desaparición de Dios de la vida pública y de la sociedad, tanto en Girona como en Catalunya, que es el país más laicizado del mundo. En esta circunstancia, la Iglesia catalana no ha de caer en la tentación de quererse rearmar institucionalmente y ser una institución con peso social, porque esta situación no volverá jamás. Al contrario, debe recogerse en ella misma, ha de reconducir las fuerzas internas para convertirse en una minoría creativa que ofrezca una respuesta a tanta gente que no está a gusto en el mundo contemporáneo y tiene set de espiritualidad.


Porqué escogió como título de su conferencia: “De una Girona levítica a una Girona indiferente”?

Utilicé como “levitmotive” de la conferencia la idea de un pasado institucional muy glorioso. Los poetas describían Girona como la ciudad levítica: de los curas, las monjas, la catedral y todas las iglesias. Una novela de Miquel Pairolí describe el impacto social que motivó, el año 1963, el enterramiento del obispo Cartañá. Ningún otro evento de la vida ciudadana habría tenido tanta importancia, tanta pompa o relieve público. Menos de cincuenta años después, la indiferencia religiosa es colosal. Además, hay un componente que me molesta mucho y es la visión que se da, en los medios de comunicación, de la religión como un elemento risible, ridículo, grotesco, del que puede hacerse broma con tanta naturalidad que se da por hecho que nadie no se sentirá molesto. Más que quejarse de esto, o mostrar un motivo de dolor íntimo, personal o institucional, es necesario asumir la realidad compleja y decir: no tenemos aliados en los poderes temporales, es un buen momento para retornar a la fidelidad de los orígenes evangélicos.


Además de la indiferencia, que otros desafíos tiene planteados la Iglesia gerundense?

La indiferencia es una característica del mundo contemporáneo, afecta muchas otras instituciones, además de la religiosa. La universidad, que aparentemente tiene mucho prestigio social, tiene un peso intelectual, ético y científico muy poco considerado. La mayor parte de las grandes instituciones han cesado por causa de una sociedad regida por los medios de comunicación, cuyo elemento principal es la amenidad, la distracción, el humorismo y pasar el tiempo y donde se practica una especie de nietzschenismo casero y constante, que consiste en relativizarlo todo -todos los valores son cuestionados-, no dar importancia a nada y burlarse de cualquier cosa. Es una sociedad que no ofrece ningún gran placer -ninguna gran esperanza- de fondo para la vida, pero ofrece constantemente pequeños placeres cotidianos, pequeñas satisfacciones en forma de objetos de consumo. Es una sociedad caracterizada por el consumismo obligatorio y por la imposibilidad de hallar un horizonte de realización profunda.


Usted se muestra crítico con determinados momentos de la historia del catolicismo catalán, especialmente en los años 60 y 70 del siglo pasado. Porquè?

La Iglesia catalana participó de una manera decisiva, la sociedad catalana lo ha olvidado, en la transformación democrática. Los sacerdotes y los centros de influencia religiosos, desde el escultismo hasta los jesuitas de barrios, es decir, toda la estructura eclesiástica más dinámica de los años sesenta se puso al servicio del cambio democrático, con diversos acentos: algunos más obreristas y de izquierdas, otros más nacionalistas y favorables a la lengua y a las libertades catalanas. La Iglesia se avanzó socialmente a algunas ideas vanguardistas, las que forman parte de la nebulosa del 68. Las secularizaciones se producen, en Cataluña, mucho antes que haya divorcios y separaciones. Todo esto tiene elementos positivos y negativos. Quiero remarcar que, un cuando todos estos esfuerzos cuajaron en formas políticas y sociales, la gente que participó, que se aprovechó de ello, que fue acompañada por la Iglesia, abandonó la Iglesia. En los Cristianos por el socialismo, lo importante era el socialismo, no el cristianismo.


La iglesia española, ha vivido una experiencia semejante?

El mismo proceso que se da en la Iglesia catalana en los años 60, se está dando en la Iglesia española, con el nacionalcatolicismo. Sólo cambia la óptica ideológica. El nacionalcatolicismo es una reproposición del nacionalismo español, que es el que está soportando la Conferencia Episcopal. Es un combate por unas ideas que, aparentemente, son propuestas religiosas del Papa Benedicto XVI, como ahora el rechazo de la eutanasia y el aborto y la defensa de la vida, pero que se formulan en términos de combate político y, por tanto, requieren aliados y comportan subordinación a un aliado político, en este caso el PP. Pero en un momento u otro, como ya se ha visto con algunos gestos de Esperanza Aguirre, este aliado acabará abandonando la Iglesia e instrumentalizándola. La tentación de aliarse con propuestas políticas y sociales de carácter muy específico es una tentación que ya se ha visto que es un gran error. La Iglesia debe de hacer su propio discurso. Ha de tener el pulso que pide Ratzinger a la sociedad relativista y que menosprecia los valores espirituales. Pero debe de hacerlo desde su ámbito, que es el moral y el espiritual, y no desde el ámbito de la política y del combate social.


El compromiso social, no es lo que habría de caracterizar a la Iglesia?

Lo que está haciendo Cáritas es extraordinario, pero muchas veces damos por hecho que esto es la única cosa positiva de la Iglesia porque es aquello que la hegemonía ideológica catalana dominante aplaude. Está muy bien que esto se haga, pero lo que es característico de la Iglesia no es sólo su compromiso social con las personas que tienen el bolsillo débil, sino también con las personas que tienen el corazón débil, o sea con los que tienen necesidad de una respuesta espiritual, que son muchos y serían muchos más si la Iglesia fuese capaz de reagruparse, rehacer su discurso y estilo y poner al día su propuesta espiritual.


La ausencia de aliados, más que ser una debilidad debe ser un elemento fuerte para realizar esta labor, no es así?

Exacto. Esto es lo que se desprende de mi razonamiento: hacer de la necesidad virtud, ver que es mejor quedar despojado de alianzas y, incluso, tener un cierto desprestigio social, en el sentido tópico que se formula en determinados programas radiofónicos que hacen burla del Papa creyendo que la mayoría de su audiencia lo comparte, cuando en realidad no es así. Este despojamiento confluye con algunos episodios evangélicos muy notables. Conviene que todos los sectores cristianos se reencuentren, reconociendo las diferencias y los acentos diversos, en una unidad de fondo que es la propuesta espiritual. Y en un momento en que todo el mundo aspira a tener cuotas de audiencia mayoritarias y a los triunfos masivos, es importante que la iglesia sea una minoría creativa. Lo será si ofrece a través de su ejemplo, su discurso y su práctica cotidiana una respuesta a aquellos temas de la vida que no se pueden comprar en los supermercados ni satisfacer con los estímulos y respuestas típicos de la sociedad de consumo.



Entrevista realizada por Josep Casellas y pubicada en la revista “El Senyal”, número 89.


 

Galeria
Dreta
Antoni Puigvert