PLEGARIA DEL ENFERMO, FAMILIA Y CUIDADOR

 

DEL ENFERMO

Oh Dios de mi debilidad

y de mi fortaleza,

de mi tristeza y alegría,

de mi soledad y compañía,

de mi incertidumbre y esperanza.

 

En la noche de mi enfermedad,

me pongo en vuestras manos de Padre:

iluminad esta obscuridad

con un rayo de luz,

abrid una rendija en mi esperanza,

llenad con vuestra presencia

mi soledad.

 

Señor,

que el sufrimiento no me aplaste,

porque también ahora

sienta el confort de vuestro amor

y sea agradecido con la generosidad

de los que sufren conmigo.

Amén.

 

DE LA FAMILIA DEL ENFERMO

 

Señor, el sufrimiento

ha visitado esta casa

y ha entristecido nuestro corazón.

El que amamos está enfermo:

su sufrimiento también es el nuestro,

es nuestra su impotencia

y su debilidad.

 

Haced, Señor,

que nuestro amor

sea más fuerte que el dolor;

que la unión le consolide la esperanza,

que la proximidad alivie su soledad.

 

Ayudadnos a creer y a crecer juntos,

porque, madurados por esta experiencia,

seamos siempre una familia

que agradece tus dones

y se fortalece compartiendo.

Amén.

 

DEL QUE CUIDA EL ENFERMO

 

Señor Jesús, buen samaritano,

salido de las entrañas del Padre

a recorrer los caminos del sufrimiento humano.

Amigo cercano, que amasteis sin límites

y con vuestro amor irradiasteis

vida y esperanza doquiera.

 

Infundid en nosotros

vuestros sentimientos y actitudes,

para que salgamos cada día

al encuentro del que sufre,

sin pasar de largo.

 

Educad nuestros ojos,

nuestra mente y nuestro corazón,

afinad nuestra sensibilidad,

haced atento nuestro oído

para que contagiemos

aliento en la tristeza,

confort en el sufrimiento,

vida en la muerte.

Amén.