VEN, ESPIRITU SANTO

 

De la Pascua florida a la Pascua granada. Han pasado cincuenta días. Es Pentecostés. La capullo florido por Pascua (la resurrección de Cristo) ha dado fruto: Cristo nos envía el don del Espíritu Santo. Aleluya!

El relato del libro de los Hechos nos ha trasladado a Jerusalén. Hemos contemplado la fuerza del viento del Espíritu y el vigor de su llama: Aquellos Apóstoles, incultos y atemorizados, se sienten transformados. Ahora ya no se cierran, sino que salen a la calle, en las plazas, y predican con valentía el mensaje de Jesús: Nace la Iglesia.

Todas las naciones perciben el anuncio evangélico. Todos los pueblos son llamados a la fe. Y el Espíritu hace que todo el mundo lo pueda comprender.

Los dones, los carismas, del Espíritu Santo, son derramados con abundancia y distribuidos adecuadamente. La diversidad se transforma en unidad. El Espíritu hace renacer la creación y construye un nuevo pueblo, el cuerpo de Cristo, Ia Iglesia.

También nosotros hemos sido llenados de los dones del Espíritu Santo en el bautismo y sobre todo con la Confirmación. Estos sacramentos, por los que hemos entrado a formar parte de la Iglesia, nos han transformado interiormente.

Hoy es un buen día para pedir, una vez más, los dones del Espíritu Santo.

También hoy, el Señor Jesús, nos hace sentir su voz y nos dice: "Recibid el Espíritu Santo". Y su aliento de vida, nos vivifica. Recordemos lo que afirmamos en el Credo: "El Espíritu Santo, Señor y dador de vida." (Dominem et vivificantem). Precisamente con estas palabras, el papa san Juan Pablo II, en 1986 comenzaba su encíclica sobre el Espíritu Santo: La Iglesia profesa su fe en el Espíritu Santo que "es Señor y dador de vida".

Pidamos, pues, los dones del Espíritu Santo. Roguemos, al llegar al término de las fiestas de Pascua, con la expresión litúrgica, que ha sido tan familiar a lo largo de los tiempos: "Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles

y enciende en ellos la llama de tu amor”.

Que el amor y la paz, dones del Espíritu, se derramen abundantemente en vuestros corazones, en vuestros hogares, en nuestra Iglesia y en todo el mundo.

¡Buena y santa Pascua granada!


Del suplemento "Hoja Parroquial", Sant Feliu, Diócesis de Girona, 09/06/2019