Tiempo atrás leí un libro en que el autor reivindicaba para sí mismo y para muchos la categoría de “cristiano -o católico- medio”. Un cristianismo al alcance de todos y sin complicaciones innecesarias, vaya.
Quizás una noción equivalente a esta era la que tenía en la cabeza el joven rico que se dirige a Jesús y le muestra su interés para alcanzar la vida eterna. Está dispuesto a cumplir los mandamientos. Y lo hace. Incluso aceptaría realizar alguna obra meritoria suplementaria. Jesús no propone eso, sino que le pide que se desprenda de todo: "Vende todo lo que tienes... y ven conmigo”. Sus riquezas le impidieron dar este paso, que consideraba que le habría complicado la vida.
El cristiano medio tiene el riesgo de acabar siendo un cristiano a medias.
Josep Casellas, en "La Hoja Parroquial", Diócesis de Girona, 14/10/2018