ESPIRITUALIDAD Y LIBERTAD

   

  La espiritualidad es un rasgo común presente en toda persona humana al margen de si se concreta o no en una determinada opción religiosa. Esta dimensión espiritual es algo espontáneo que surge del más íntimo de cada hombre y de cada mujer. Es cierto que no todos lo experimentan o no todos identifican ciertas inquietudes que ocurren en su interior con su espiritualidad. También encontramos personas que a pesar de experimentarla la rechazan conscientemente porque la identifican con algo de supersticioso, sin base razonable y que limita la libertad de la persona.

  El Evangelio de Jesús es una invitación permanente a aceptar la naturaleza espiritual de la persona y a no segregarla de la naturaleza humana. Nuestra evolución hacia la plenitud pasa porqué todas nuestras acciones humanas vayan guiadas por la experiencia espiritual. Es entonces cuando encuentran su verdadero sentido.

  Ser espiritual no implica negar nuestra humanidad, con todas sus limitaciones, sino asumirla y transformarla. Vivir plenamente nuestra humanidad es condición indispensable para sentirnos en comunión con el Dios de Jesús, un Dios encarnado.

  Nuestro mundo necesita personas espirituales. La política, la economía, la ciencia, etc., no pueden cumplir su verdadera función si los que tienen estas responsabilidades no lo hacen con una mirada y una actitud espiritual. La situación mundial que estamos viviendo es un claro ejemplo.


Del FORUM CRISTIANO DE REUS 2009.