VIVIR UNIDOS

 

EL GRAN ÁRBOL

Se explica que en medio de un gran bosque había un gran árbol. A su sombra se sentaban a descansar los caminantes y en sus ramas los pájaros construían sus nidos.

Pero un día las ramas dijeron: "¿Veis que somos importantes, nosotras? Somos la admiración de todos los que nos ven y los pájaros están muy contentos de vivir con nosotras. Además, ¿Qué colores tan bonitos tienen nuestras hojas "! "¿Qué tenemos que ver nosotras con este tronco, sucio y grueso, tan feo, y menos con estas raíces malolientes que están todo el día bajo tierra?”. Y decidieron que desde aquel día vivirían solas sin necesidad de nadie.

Por su parte, el tronco dijo: "¿Qué sería del árbol sin mí ?. Soy el que aguanta las ramas y doy vigor en todo el árbol. Si no fuera por mi ni las ramas no tendrían fundamento, ni savia que les diera color y vida. Ciertamente soy el más fuerte e importante”.

"Nosotros sí somos importantes", dijeron las raíces. "El árbol no podría subsistir sin nosotras, que absorbemos de la tierra la sustancia con la que producimos alimento que sustenta el tronco y las hojas. Por ello, no tenemos nada que ver con este tronco tan grande y antipático, y menos con estas ramas tan presumidas y creídas. Desde hoy nos alimentaremos nosotros solas y no daremos savia a nadie ". Y así lo hicieron.

El gran árbol comenzó a secarse. Las hojas cayeron de las ramas, y el tronco se quedó sin ninguna gota de savia. Las raíces estaban más tristes que nunca. Los pájaros abandonaron los nidos hechos en las ramas y la gente que pasaba por el bosque ya no se sentaba a su sombra. Todo el bosque estaba muy triste porque el gran árbol se estaba muriendo.

Pero poco a poco las raíces, las ramas y el tronco se dieron cuenta que no podían vivir separados, que estaban hechos los unos para los otros y que la importancia no era de cada uno, sino del árbol que todos juntos formaban.

Así fue que las raíces dejaron de guardar la savia sólo para ellas y la dieron al tronco. Este al principio hacía el terco pero finalmente también colaboró. Las ramas se alegraron al recibir las primeras gotas de savia y pidieron perdón al tronco y a las raíces por haberlos despreciado. Todo volvió a ser como antes.

 

Del "Suplemento Parroquial Carme / Mercadal", Girona, 19/08/2018