ASIA BIBI

 

No es la primera vez que hablo en la columna, y cuando escribí mi libro S.O.S. Cristianos le tuve que dedicar, por desgracia, varias páginas. Su terrible historia se podría resumir en unas frases, pero están esculpidas en años de terrible sufrimiento.

Es Asia Bibi, analfabeta, madre de cinco hijos, miembro de la humilde comunidad cristiana paquistaní, condenada por blasfemia a morir en la horca, cerrada durante diez años en el corredor de la muerte, y que acaba de ser absuelta por Supremo. Los hechos son ignominiosos que cuesta imaginar que pasen en el siglo XXI, pero estamos en un siglo donde las ideas totalitarias han vuelto a convertirse en un gran ariete contra la humanidad. Y así hoha sufrido Asia Bibi, toda su familia y los dos líderes paquistaníes que fueron asesinados por defender su absolución.

Esta es la historia: Asia nació en Ittan Wali, una ciudad del Punjab. Pertenece a la única familia católica del lugar y, como la mayoría de cristianos paquistaníes, se dedicaba a los trabajos más humildes, no en vano son la población más pobre del país.

En junio de 2009 la enviaron a buscar agua de un pozo y, al beber con un vaso, fue insultada por unas musulmanas que la acusaron de convertir en impura el agua. Según relatan las actas del juicio, Asia respondió: “creo en mi religión y en Jesucristo, que murió en la cruz por los pecados de la humanidad. ¿Qué hizo vuestro profeta Mahoma para salvarla?, i ...se desencadenó el infierno.

A partir de aquí, campañas islamistas para condenarla por condenarla a muerte, torturas en la prisión, y dos notorios asesinatos: el del gobernador del Punjab Salmaan Taseer, que la visitó en la cárcel y se mostró contrario a las penas de blasfemia, y el del líder cristiano Shahbaz Bhatti, ministro de las minorías religiosas, que asumió su causa como propia. Hay que añadir que, durante todos estos terribles años en el corredor de la muerte, le han ofrecido la libertad si se convertía al Islam. "Prefiero morir cristiana que vivir como musulmana", ha sido siempre su respuesta. Finalmente, después de muchas campañas internacionales, el Supremo le ha absuelto, y las calles de Pakistán se han llenado de hordas islamistas enfurecidas que prometen asesinarla.

Algunos datos complementarias: Pakistán es el cuarto país más peligroso del mundo para los cristianos, después de Corea del Norte, Somalia y Afganistán. Hay más de mil cristianos en procesos judiciales por la ley de blasfemia, y Telurik-e-Taliban, la organización terrorista más activa, ha puesto la diana en la comunidad cristiana, con atentados famosos como las dos bombas en la iglesia anglicana de Peshawar, donde murieron 127 personas.

El acoso social es constante, la persecución legal crece y la violencia no se detiene. Los cristianos llegaron al Pakistan, provenientes de la India, en tiempos de santo Tomás. Dos mil años después, vuelven a ser mártires.



Pilar Rahola, en “La Vanguardia”, 02/11/2018