24 de febrero de 2009, a las 10,30
El deseo de conocer nuestra comarca hoy nos lleva a Bàscara. Salimos d'Empúries y de l'Escala a la hora establecida, en coches particulares como está acordado en los encuentros cortos.
Al llegar a la iglesia de Bàscara tenemos la gran sorpresa de encontrar al artista Sr. Ministral. El señor rector, Mn. Florentí, le había comunicado que un grupo d'Empúries quería conocer la obra que presidía la iglesia parroquial, obra todavía no inaugurada.
El señor Ministral, autor del nuevo retablo vítreo de la iglesia de Bàscara, le ha dado el nombre de "Cristo del Fluviá". El proyecto quiere ser un homenaje a los más de 500 retablos que, como el de Bàscara, fueron quemados o destruidos en las tierras gerundenses durante los años 1936-1939.
La visita ha sido más que interesante ya que el artista explicó la concepción de la obra, desde la fabricación de los cristales hasta la instalación de la estructura en la iglesia. Nos ha ayudado a descubrir los símbolos que contiene. Es como una visión actualizada de las pinturas románicas. La simbología religiosa tiene todo un sentido catequético y es válido para siempre aunque se haga mediante pintura, tiza, cristal ...
Un coloquio lleno de intervenciones ha sido el colofón de la visita y descubierta del "Cristo del Fluviá".
Paseamos y admiramos el río que besa el pueblo y en el norte y oeste vemos las obras del AVE.
Comemos en un restaurante de Bàscara. Además del rector d'Empúries, Mn. Pere Hugas, nos acompañan Mn. Florentino de Báscara, Mn. Pere Font de Pontós y el asiduo compañero, Mn. Josep Clavaguera de Llançà.
Después de comer nos acercamos hasta la capilla de santa Ana de Pontós y luego a Vilajoan, que pertenece al municipio de Garrigás y parroquialmente en Armadás. Mn. Pere Font, rector de de estos pueblos, explica el proceso de restauración de las dos iglesias. Son dos monumentos dignos de ver por su belleza y la obra esmerada portada a término a pesar de la poca población.
La visita ha terminado por hoy. Nos reencontraremos pronto. ¡Para ir a Carcassona, quizás!
(Texto de Josep Alabau)