Celebramos, también hoy, la
FIESTA DE LA "MARE DE DÉU DE MONTSERRAT",
PATRONA DE NUESTRA TIERRA, CATALUNYA.
"María se fue aprisa a la montaña". Hoy nuestros ojos y nuestro corazón están en una Montaña donde hemos subido tantas veces, en familia o en grupos parroquiales, a pie o en algún medio de transporte. Para dejar que la mirada materna y amorosa de María se fije en nosotros y nos ayude a acoger y ser discípulos del Hijo que ella lleva en su regazo y nos ofrece. Para dar gracias, como María en casa de Isabel, por todo lo que Dios hace por nosotros.
La palabra de Dios rezuma fe, agradecimiento, alegría serena. Al celebrar la Virgen de Montserrat debemos agradecer de corazón por todo lo que la fe cristiana ha traído de positivo a nuestro pueblo y cultura. Y debemos sentirnos felices por vivir este tesoro: el Padre nos ha bendecido haciéndonos hijos suyos, hermanos de Jesucristo.
Cuando María se dio cuenta de que Dios estaba haciendo por ella , tuvo necesidad de compartirlo. Para nosotros, cada subida a Montserrat (sea física o de pensamiento) debe ser una renovación de nuestra fe y pertenencia a la comunidad eclesial, donde María es la Madre. Nos debe ayudar a retornar a las actividades de cada día con el gozo pascual de los apóstoles que dicen: "Hemos visto al Señor!".