EL ROSTRO DE DIOS

 

¿Cuál es la imagen del Dios en quien creemos? Qué rostro tiene ese Dios invisible, innombrable, inalcanzable? Es sólo imaginable en una aproximación abstracta? Es fruto de una proyección de nuestros sentimientos de seres contingentes?

Los creyentes no nos podemos ahorrar de hacer camino en el descubrimiento del verdadero rostro de Dios, que ir purificando las visiones infantiles. mágicas, manipuladas y de falsos ídolos que quizás hemos heredado o nos hemos construido a nuestra conveniencia.

No podemos hacer este camino sin entrar en el lenguaje poético de las parábolas de Jesús que nos muestra su experiencia del reino. Lejos de un Dios que muestra una justicia implacable y envía calamidades, el Dios de Jesús manifiesta paradójicamente su fuerza en la debilidad de la bondad y la compasión: como el padre que acoge el hijo que ha marchado mal de casa; como el propietario de la viña que quiere trabajo y pan para todos los que esperan en la plaza; como el samaritano que ve al herido y se le acerca para curarlo...

Como dice Pagola a Jesús. Aproximación histórica, para Jesús, la mejor metáfora de Dios es la de aquel que acoge a los hijos perdidos, que apoya a los excluidos del pan y del trabajo, que se compadece de las víctimas ciagudes en las cunetas ...

Es este el rostro de nuestro Dios?

Hay que introducir un nuevo orden en el que la compasión no sea sólo una excepción o un gesto admirable, sino una exigencia moral. El reino de Dios se hace presente donde las personas actúan con misericordia: sed misericordiosos, como vuestro Padre (Lc 6, 36)

 

Salvador Carmaniu, Biólogo, en "La" Hoja Parroquial ", Diócesis de Girona, 04/11/18